domingo, 22 de noviembre de 2009

substitute for love

Es peligroso como actúas, no sólo por los riesgos que conllevan tus acciones esporádicas, fugaces, dotadas de una espontaneidad meticulosa, fruto del más estudiado plan de juego; también es peligroso para tu corazón. Sí, ese al que apartaste a un último plano en cuestiones del alma, ese al que ya no prestas atención... porque en realidad no tiene nada que decirte.
Hace mucho que callaste y decidiste actuar para contestar a esas preguntas. Te has visto durante años como víctima de una feminidad descontrolada, y un día decidiste ser tú el verdugo.
Ya no te prestas a deseos que se hacían órdenes, que abusaban de tu confianza, de tu seso, de tí... ya no. Ahora es diferente, es una venganza lenta, pero efectiva. Vas devolviendo, a esas que tanto te quitaron, un poco de la misma receta: haces daño a quien te hizo daño. Sólo que ahora se ve diferente, como un anhelo de esa felicidad perdida, como si en el fondo todo estuviera justificado.
"Mis actos son mis actos y no le hago daño a nadie".
Pero, ¿no te lo haces a tí mismo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario